Los vehículos eléctricos han ganado atención por su promesa de energía limpia, pero la idea de usar agua como combustible fue propuesta por Stanley Meyer en 1975 a través de su «célula de combustible de agua».
Este dispositivo dividía las moléculas de agua en hidrógeno y oxígeno, usando impulsos eléctricos, lo que supuestamente generaba energía y agua como subproducto.
Su invento atrajo interés en EE. UU., pero desafiaba las leyes de la termodinámica, lo que generó escepticismo. En 1996, fue acusado de fraude, ya que se consideró que su tecnología era solo electrólisis.
Aunque ganó reconocimiento y trabajó con la NASA, murió en 1998 en circunstancias controvertidas. A pesar de su fracaso, algunos creen que su idea podría haber revolucionado la energía, afectando a las compañías petroleras.
Esta mañana, Elon Musk retoma el tema y presenta un innovador motor que utiliza agua como fuente de energía, lo que podría revolucionar la industria automotriz.
Este motor promete ser una alternativa limpia y eficiente a los combustibles fósiles y las baterías eléctricas.
Musk destaca las ventajas del sistema, como la reducción de emisiones y costos operativos, y su potencial para transformar la movilidad sostenible.
La tecnología ha generado gran interés y expectativas sobre su impacto en el futuro del transporte y la lucha contra el cambio climático.
