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Bajo una consigna generalizada de, ¡El cambio ya viene y nada lo detiene! Karen Yánez hace cierre de campaña en la explanada de la alcaldía Tláhuac, bajo la mirada de muchos morenistas que, tras bambalinas, entreabrían sus ventanas para dar pie al morbo que se abría paso a través de los poros de su piel como sudor latente ante un clima de gran ardor político.

Karen llegó temprano a la cita y en espera del arribo de Santiago Taboada, candidato a jefe de gobierno, se dedicó a escuchar lo que el pueblo de Tláhuac le demandaba.

De mano en mano y ante cada petición, la candidata Karen siempre se mostró atenta, interesada y resolutiva, jamás negó un saludo, ni desatendió un llamado y así siguió hasta la llegada de Taboada a una alcaldía atiborrada de gente pese a las inclemencias del tráfico y del clima.

Este cierre de campaña fue precedido por candidaturas a diputaciones y senadurías que esbozaron cada quien, (muy a su propio estilo) el hartazgo de un pueblo que carece de agua, de salud de calidad o de un buen sistema de educación.

Y sólo por ejemplificar un dato que atraviesa los otros dos, no es gratuitito que los y las pobladoras de Tláhuac exijan agua, ya que, en sus hogares, el trabajo, las escuelas y en distintos espacios de esparcimiento público este vital líquido se ve menguado en su uso, ya de por si limitado, aunado a apoyos paulatinos como pipas que fungen de placebo y no cubren las necesidades totales de la población, quienes en muchos casos tienen que acceder al agua con sus propios recursos.

En pláticas con una madre angustiada al respecto, nos cuenta que en veces llega tarde a su trabajo porque al ir a dejar a su pequeño se topa con la pipa que abastece su escuela y al esperar, el tiempo se le va, pero lo peor, en sus palabras, es que al llevar a su pequeño a clases de natación y no poder enjuagarle, pues no hay agua que se lo permita, por lo que tiene que llevar botes de agua, el cinismo ya es mucho cuando pese a todo ello y no tener agua ni en su casa algunas veces, sigue pagando dicho servicio.

Casos como el anterior no son extraños en Tláhuac y seguramente quienes pregunten a cualquier persona en la calle lo pueden constatar, por ello, este 28 de mayo al escuchar las palabras de que, el agua se va a garantizar, fueron de las frases que generaron más apoyo.

La gente se mostró participativa, los comerciantes escucharon atentos y los curiosos llegaron a cautivarse, sobre todo cuando Santiago Taboada les dirigió unas palabras, y fue en ese momento cundo las banderas ondeantes a voluntad se hicieron ver como una gran marea de colores que pese al calor y el cansancio permanecían firmes e impetuosas pues no sólo representaban uno u otro partido, sino más bien, un deseo de cambiar, de mejorar y crecer, para hacer de Tláhuac un lugar mejor.

Consignas se dijeron muchas:

“El cambio ya viene y nada lo detiene”, “Fuera morena”, “A Santiago Taboada no se le va a caer el metro”, “Ya no nos vengan con sus p… utopías porque juntas y juntos somos la resistencia”

y ante todo eso Karen fulminó con:

“No se dejen intimidar”, “Todas y todos merecemos vivir mejor”

frases que no requieren de más explicación, que se erigen ante los ojos vigilantes de quienes aun en el gobierno se creen intocables, ante personas que lo que más quieren es ser escuchadas y atendidas, ante miradas suplicantes y cansadas de lo mismo, en los ojos de personas que aun con poca movilidad asistieron, ante niños y niñas cuyas inocencias quieren creer sin saber bien, que, por lo que se lucha, es por su futuro.

Hoy se vio de todo tipo de rostros, eufóricos, agotados, excitados, enrojecidos y añorantes de ese cambio que se promete, de ese cambio que resuena, de ese cambio que se hace ver como resistencia, de ese cambio cual huracán dice no tener quien le detenga y así, terminó un cierre de campaña, pero, queda la promesa de que esta historia apenas comienza y queda el eco de las frases que esperan llegar a convertirse en una realidad….

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